99. Despedida y regreso

Tras aquello, me llevaron al hospital. Al parecer la herida de mi hombro era una fuente de sangre y no pintaba bien. Sentí un amargo dejavu al abrir los ojos y ver aquella recepción de paredes blancas con sus enfermeras y enfermeros acompañando a los pacientes o revoloteando de un lado a otro. Pero esta vez Ángel no estaba en mis brazos debatiéndose entre la vida y la muerte. Ni siquiera estaba conmigo, no había podido encontrarle mas tenía claro que lo encontraría. Amy se acerco a la mesa de recepción dónde una búho de ojos amables paseo su mirada de la eriza a mí mientras la escuchaba.

"Quinta puerta del pasillo 3, hay podrán curarla" Amy dio las gracias y volvió junto a Sonic que aún cargaba en brazos conmigo en silencio. Cuando le indicó la consulta que teníamos que acudir asintió y caminaron juntos. Volví a perder la conciencia, la falta de sangre se estaba empezando a notar.

"Deberá quedarse un par de horas. Tengan en cuenta que ha perdido mucha sangre a pesar de que hemos logrado frenar la hemorragia." Abrí un poco los ojos, solo veía borrones. Uno rosa, que sería Amy, otro azul, Sonic, algo amarillo al fondo y un borrón blanco " Ahora necesita descansar, cuando ya este mejor les llamaré para que puedan verla. Les ruego que esperen en la sala de espera si son tan amables" Dijo el borrón azul con voz grave y autoritaria. Amy y Sonic salieron de la sala y el médico cinco minutos después. Me quedé sola y volví a hundirme en la oscuridad de mi subconsciente.

"Y las noches que haya luna llena, será porque el niño este de buenas. Y si el niño llora, menguara la luna para hacerle una cuna... Y si el niño llora, menguará la luna para hacerle una cuna..." 

"Esa voz..." 

Me gire y la volví a ver como las otras veces. Un campo abierto y a lo lejos aquella mujer, pero esta vez pude verla mejor. Era una eriza amarilla  las largas púas las tenía recogidas en una tranza que llegaba a tocar casi el suelo. Mecía en sus brazos un pequeño bebe pero no podía verle ya que una manta le cubría entero y estaba demasiado lejos para ver su cara. Como en mis otros sueños intente acercarme  mas fue inútil, ya que no lograba alcanzarla. Luego la tierna imagen desapareció. Era de noche, estaba junto a un río que a las orillas tenía numerosas piedras escarpadas y húmedas.  No lograba ubicar dónde estaba. De pronto, la misma eriza apareció. Tenía el pelo suelto y alborotado, tenía una mirada de loca, mientras no dejaba de repetir <<Mi bebé, devuélvanme a mi bebé>>  Intente gritar y avisarle de las piedras pero no pude. Ante mis ojos la mujer resbaló y se calló a las caudalosas aguas del río. 

Me desperté sobresaltada. Aun sin olvidar el dolor de los ojos de aquella mujer mientras corría en camisón en mitad de la noche. Sentí un pinchazo en mi hombro. Me llevé la mano y note un apretado vendaje que cubría mi herida. La pequeña sala de urgencias estaba vacía. Al segundo la puerta se abrió y un leopardo de ojos dorados entro vestido con una larga bata. Me miró sin muestra de sorpresa y luego sonrió forzadamente.

"Al fin despiertas. ¿Te encuentras mejor? " Asentí sin poder apartar la vista de esos ojos "

Tus amigos están en la sala de espera. Ven conmigo, te llevaré junto a ellos" Seguí al médico por los largos pasillos blancos del hospital hasta que llegamos a una sala llena de sillas de metal. Entre la gente pude ver a mis dos amigos. Amy estaba dormida apoyada en el hombro de Sonic mientras este miraba con ojos perspicaces a toda la gente de la sala. Al verme apartó rápido la mirada y susurró algo al oído de Amy hasta que esta despertó.

"Deberá tener el brazo y el hombro inmóvil al menos durante dos semanas para que la herida cierre bien. Los vendajes deberán ser cambiados cada día tras haber retirado los anteriores y limpiado la herida para evitar una infección" Los tres le dimos las gracias y el leopardo desapareció en los pasillos.

"Bueno ahora sí volvemos a casa" Anunció Sonic con una cándida sonrisa. Estábamos fuera del hospital caminando por la calle cuando un grupo de gente corrió hacia nosotros.

"¡ROSE!" Sonic se puso delante mía y Amy hizo aparecer su martillo. Pero yo conocía esa voz, cuando le vi estaba respirando con fuerza debido a la carrera. Tanto que su piercing de la nariz se agitaba con cada espiración.  Scarlet no tardó en alcanzarle y por último Lalo.

"¡Al fin te encontramos!" Scarlet intento acercarse a mi pero Amy le corto el paso "Oye rosita, haz el favor de apartarte" Contesto con su tono borde de siempre. Amy la apunto con el martillo.

"No pienso dejar que te acerques" Ambas estaban apunto de pelearse y eso me despertó.

"¡Amy, Sonic tranquilos!" Ambos erizos dejaron de mirar a mi banda de música para mirarme a mi confundidos "Amy él es Lalo, de quién te hablaba en mis cartas. Él es Héctor y ella Scarlet. Ellos han sido los que me han cuidado todo este tiempo. No piensan hacerme ningún daño" Amy vacilo unos instantes antes de hacer desaparecer a Piko Piko y abrirle el paso a Scarlet. "Chicos, estos son Sonic y Amy"

"Encantados" Dijeron los erizos a unisono. "Lo sentimos, después de ver a ese bastardo como dañaba a Cris ya no nos fiamos de nadie de esta ciudad"

"Oh tranquilos, Drake suele tener ese efecto en la gente. Pero por suerte no todos somos como él" Comento sonriente Lalo. Pero la sonrisa se le borró al mirarme "¿Por qué no me contaste nada? ¡Podía haberte ayudado! ¡Los tres!"

" Eso mismo dijo Ángel..." Mi rostro se ensombreció al recordar como el zorro negro me había tomado en brazos e intentado llevarme a un hospital para ayudarme. Y el final catastrófico que tuvo esa acción. "Además, Drake se aseguro de dejarme muy claro que si os decía algo os haría algo similar a lo de Ángel o peor" Los cinco me miraron sorprendidos aunque Sonic y Amy más bien estaban confusos.

"Lo importante es que ya a pasado" Sentenció Scarlet sonriendo "Y podremos volver a estar todos juntos tranquilos"

"No, Scartlet. Yo he de volver a casa" Miré de reojo a los erizos que me sonrieron y yo a ellos. "Llevo demasiado tiempo fingiendo ser una persona que no soy. Mi autentico nombre es Cristalice, vivo en Green Hill con mis amigos, me gusta molestar a Sonic al igual que usar mis poderes de hielo. ¡Ya es hora de volver a recuperarme a mi misma!"

"En ese caso... Mucha suerte" Héctor se acerco y me abrazo teniendo cuidado con mi hombro  vendado "¡Pásate un día de estos a saludar!"

"Lo haré y no pienso olvidarme de ninguno. Lalo dile a Lu que avise a nuestro jefe de mi despido" La ardilla corrió y me abrazo.

"Claro, por cierto... ¿Tu amigo Sonic tiene pareja?" Me reí de la cara de Sonic que se puso como un tomate y la cara picarona de Lalo.

"Me parece que es hora de irnos. Vamos tirando, Cris" Amy engancho a Sonic de la oreja y se alejaron.

"Me parece que acabas de lograr enfadar a Amy Rose" Me reí a carcajadas y luego me gire para verles "Gracias por todo, chicos. Cuidaos mucho y darle recuerdos mios a Ash y Mina cuando vuelvan. ¡Hasta pronto!" Corrí al rencuentro de mis dos amigos. Cerrando la mentira de vida que me había creado. Era la hora de recuperar a Cris y despedirse de Rose.

"Ya era hora muchachos, un poco más y Knuckles me obliga a marcharme sin vosotros" Comentó Tails tras bajar de un salto de la cabina del Tornado "Me alegro de volver a verte en pie, Cris. Desde que te fuiste Sonic estuvo de lo más plasta, se noto mucho tu falta"

"Yo también os eche de menos, nunca llegue a acostumbrarme a no tener que levantarme e ir corriendo al taller a enterarme de que mister bigotes estaba montando jaleo" Todos nos reímos.

"¿Nos vamos ya o qué? Tengo una esmeralda que proteger sino es mucha molestia"

"Calla ya cabeza hueca, que ya nos vamos a Green Hill"

El trayecto en el Tornado no se me hizo pesado. Lo pase hablando con Amy o dormitando. Me estada despertando de mi última cabezadita cuando vi los campos verdes y los lagos azules de Green Hill.Sentí como mi corazón daba un vuelco en mi interior. A lo lejos podía distinguir los contornos de los edificios de Central City. No pude evitar emocionarme, lo había echado de menos.

"Bienvenida a casa, Cris" Anuncio Tails alegre.